En un folio subrayado con un marcador amarillo en sus apartados fundamentales está la transcripción completa de la conversación por radio en Silverstone entre Massimo Rivola, director deportivo de Ferrari, y Charlie Whiting, el director de carrera.
El lunes después de la prueba, en Maranello, la conversación la escuchó el presidente de la escudería italiana, Luca di Montezemolo, que de inmediato montó en cólera. En las filas rojas no entienden que, en un momento dado, Charlie diga: "Entendemos vuestra postura, pero puede que al final de la carrera tengáis que hablar con los comisarios". Se haga el silencio y, diez minutos después, les caiga encima una investigación y su correspondiente sanción posterior.
Montezemolo descolgó el teléfono y llamó a su ex director general y presidente de la FIA, Jean Todt, con el que no guarda, por cierto, una gran amistad. Y, en una conversación que cuentan no fue precisamente versallesca, le pidió una segunda mitad de año sin más sobresaltos, equivocaciones ni polémicas. El dirigente italiano no entiende que dos errores consecutivos (la salida a destiempo del coche de seguridad en Valencia) y la cuando menos discutible penalización que le impusieron a Fernando Alonso en Inglaterra le hayan costado al asturiano 33 puntos de los 47 que le separan de la cabeza de la clasificación.
Ferrari es el equipo más preciado de la F-1 para Ecclestone y quiere hacer valer su peso ante la jefatura de la Federación Internacional de Automovilismo. Al menos, para no sentir que los fallos humanos que se están sucediendo en los despachos les salen demasiado caros a los de Maranello.
Todt prometió cambios en la FIA y, nueve meses después, su única aportación ha sido la inclusión de un ex piloto comisario con muy poco poder de decisión. Whiting lleva catorce años en el cargo y es el último eslabón en las carreras de la era de Max Mosley. Muchos pilotos no comprenden sus decisiones y cada vez hay más voces en la parrilla que piden un cambio para evitar situaciones polémicas como las que se están dando esta temporada. Aire nuevo...
Ayer, Massimo Rivola y Charlie Whiting se volvieron a ver las caras en el box de Ferrari. Bajo la fina lluvia que caía y con cortesía en las formas. En el F10 estrenan difusor y verle pulular hacía pensar en una posible investigación a fondo del monoplaza. Falsa alarma. Lo que realmente estaba sucediendo es que pedía la recolocación de la posición del cambio de ruedas en el pit lane para hacer espacio al mayor número de equipos.