Los futbolistas franceses Karim Benzema y Franck Ribéry, interrogados por haber mantenido presuntamente relaciones sexuales con una prostituta cuando ésta era menor de edad, comparecerán ahora ante un juez de instrucción, quien decidirá sobre una eventual o no imputación, informan los medios galos.
TURNO DE PREGUNTAS
Ribery será el primero que tendrá que declarar ante el juez
Ribéry, jugador del Bayern de Múnich, fue el primero en ser trasladado ante el juez Yves Dando, quien deberá decidir si los elementos de los que dispone son suficientes bien para imputarlos, bien para hacerles declarar en calidad de "testigos asistidos" -estatuto entre testigo y acusado- o bien para convocarles como simples testigos.
La Brigada de Represión del Proxenetismo (BRP), que los había convocado para interrogarlos sobre el llamado "caso Zahia", por el nombre de la joven prostituta, les comunicó a su llegada a la comisaría que se encontraban bajo la figura jurídica de arresto.
SITUACIÓN DE ARRESTO
Esta figura jurídica sirve para obtener resultados más efectivos en los interrogatorios
Esta figura jurídica, para obtener resultados más efectivos en los interrogatorios, permite retenerlos hasta 48 horas antes de ponerlos en libertad o presentarles ante el juez de instrucción con miras a su imputación, si hay suficientes elementos acusatorios.
La prostituta protagonista del caso, Zahia, había testificado ante la policía que tanto el jugador del Real Madrid como el del Bayern de Múnich contrataron sus servicios sexuales cuando ella todavía era menor de edad, en el año 2008, si bien declaró que los futbolistas no tenían constancia de su edad. Los hechos ocurrieron en el Café de Zaman, una discoteca situada en la zona de los Campos Elíseos de París donde trabajaba Zahia, y que ha dado lugar a la detención de varios individuos por proxenetismo.
Más clientes de Zahia
Otro internacional francés, el jugador del Olympique Lyonnais Sidney Govou, reconoció haber tenido relaciones sexuales con Zahia, aunque cuando ésta ya era mayor de edad. Ribéry, en una primera declaración en abril ante los investigadores, había admitido haber recurrido a los servicios de esta prostituta, aunque puntualizando que no sabía que era menor, según las filtraciones a la prensa. La legislación francesa prevé penas de hasta tres años de cárcel y 45.000 euros de multa para los clientes de prostitutas menores de 18 años.