No se trata de hacer campaña en defensa de Jorge Lorenzo, porque ahí están sus resultados, pero sí que conviene decir bien alto que hasta Valentino Rossi valora como se merece el gran año del español ante los que quieran desvirtuar su éxito por la consabida ausencia del italiano durante cuatro carreras. Y ya se sabe que no es precisamente cariño lo que El Doctor siente hacia el líder de MotoGP, su inminente sucesor.
El nueve veces campeón del mundo prestigió la temporada del ya casi tricampeón, porque tiene tres carreras de ventaja sobre Pedrosa, con cara seria, pero con palabras honestas: "Es difícil decir qué hubiera pasado conmigo en la pista todo el año, pero no se le puede reprochar nada a un piloto que ha vencido seis carreras, ha sido segundo en las otras y nunca ha fallado. En este momento, Lorenzo se está mereciendo el título a lo grande. Conmigo en pista le habría resultado más difícil a nivel psicológico, porque ha estado muchas carreras sin que ninguno le fastidie, pero se merece el título al cien por cien".
Visto que no ha surtido efecto el intento de guerra psicológica que le planteó a Lorenzo en su regreso a la competición, Rossi optó por una posición más caballerosa al acabar Laguna Seca. Lorenzo se hubiera ido igual de satisfecho de vacaciones a la República Dominicana, pero saber que hasta su más encarnizado rival le muestra pleitesía le enorgullece. Después del rifirrafe de Sachsenring, ver a ambos juntos en el podio tenía cierto morbo, pero no hubo nada raro y hasta se rieron juntos al comprobar que el himno que sonó en un primer momento era el italiano en vez del español. "Al menos ha tenido el detalle de felicitarme en el podio delante de todo el mundo", dijo después Lorenzo.
La rivalidad entre ambos ofrecerá una segunda parte de campeonato en el que se jugarán más la honra que los puntos, porque ni siquiera Pedrosa, el segundo de la general, duda que el título tiene nombre y apellido, el de Jorge Lorenzo. Para que la historia sea aún más interesante, convendría que Rossí llegue recuperado a la cita de Brno. "Ahora estoy al 80%", decía tras la carrera, recordando además el calvario vivido: "Para mí ha sido muy determinante la lesión que sufrí en el hombro haciendo motocross antes del viaje previsto para Japón, porque me ha condicionado todo el año, física y psicológicamente. Toda la suerte que tuve con la suspensión de Motegi la pagué luego con la lesión de Mugello, porque luego llegaron tres seguidas en las que no estuve". Así de cruel es este calendario.