A Pep nunca se le dio bien como futbolista el oficio del gol. Cuando algunos lo encumbraban como la viva expresión del fútbol de toque del ‘Dream Team’, sus mayores críticos le recordaban que apenas veía portería. No poseía Guardiola ninguna de las cualidades que se le presuponen al mediocampista moderno. Le bastaba una cabeza privilegiada y un talento natural para el primer toque -quizás el más grande que nunca ha existido en la filosofía del ‘4’ azulgrana- para dominar los partidos a su antojo.
En lo físico era un futbolista sin músculo. No se le recuerda explosividad alguna. En el desborde se le conocía algún recorte sin mucha maña y apenas había noticias de él en el área rival. Que no extrañe a nadie pues que el técnico tenga debilidad por futbolistas como Xavi o Iniesta a sabiendas que pocas jugadas terminarán en sus botas. Con la seguridad que deberán ser otros los que pongan los goles, incluso asumiendo que su presencia conjunta puede crear desajustes defensivos en el equipo.
Los resultados hasta ahora le dan la razón, los números le amparan: con Xavi e Iniesta en el mediocampo Guardiola ha entrenado no sólo el equipo que más títulos ha ganado de la historia del Barcelona (Puyol levantó 6 títulos), también el más goleador: el equipo marcó 158 goles en la primera campaña del técnico. Es más, en dos temporadas con Guardiola en el banquillo, el equipo ha marcado en todas las competiciones oficiales un total de 296 tantos, de los cuales sólo 43 han sido marcados por mediocampistas. En otras palabras, entre jugadores como Touré (4), Busquets (4), Xavi (17), Iniesta (6) y Keita (12) se han marcado un 14’5% de los goles del equipo. Lejos quedan los tiempos en que el equipo tenía en sus interiores dos jugadores con muchísimo gol como en la primera etapa de Van Gaal, cuando Cocu y Luis Enrique eran dos puñales en el mediocampo.
Pese a todo, el equipo ha logrado los mejores resultados, algo que se explica en buena parte por la capacidad de alguno de estos jugadores para mejorar los registros de sus compañeros.
En este sentido, primero Eto’o y después Messi, que la temporada pasada logró unos registros de otro planeta -con un total de 47 tantos- se han beneficiado de la habilidad de pase de jugadores como Xavi e Iniesta, si bien es cierto que son jugadores que, por su caudal futbolístico, pueden hacer la diferencia en el peor escenario posible.
Otros jugadores como Henry, Pedro o Ibrahimovic han sido otros de los futbolistas que han sido protagonistas de cara a portería. El canario, por ejemplo, ha sido el segundo máximo goleador del equipo, por delante de Ibra, en su segunda campaña en el primer equipo. El equipo sin embargo dio peores sensaciones la temporada pasada, algo que no se tradujo en los números de la Liga a nivel de puntos, pero si en la cantidad de tantos marcados. En muchos momentos el equipo perdió el dinamismo de la campaña anterior, rompió menos líneas en el mediocampo -en parte por el bajón de Iniesta- y perdió protagonismo en el área rival. Como resultado, 138 goles en todas las competiciones, 20 menos que la temporada 2008-09.
Es por eso que Guardiola quiere agitar el equipo con la llegada de Cesc, un futbolista capaz de llegar desde la segunda línea, que además mantiene el estilo de toque que Guardiola ha heredado de Johan Cruyff. Con el catalán el equipo tendría un potencial goleador mucho mayor en la segunda línea. La llegada de Villa también responde a la necesidad de contar con jugadores que aseguren goles.
El ex del Valencia es un seguro de cara gol, tiene química con sus compañeros culés de la selección, y mejora el juego sin balón de Ibrahimovic, un futbolista con problemas en la lectura del juego. La salida de Touré en principio no debe debilitar al equipo en el aspecto goleador, ya que el marfileño ha marcado sólo 4 tantos en dos temporadas.