El ex vicepresidente económico azulgrana defiende la gestión realizada durante su etapa con Joan Laporta, y considera que los 77 millones de euros de deuda apuntados en la auditoría dada conocer este martes se corresponden a argucias contables.
Sala Martín sostuvo al cierre de la temporada pasada que el FC Barcelona había obtenido un saldo favorable de 11 millones de euros. "De +11 a -77 hay una diferencia de 88 millones. ¿Como pueden los resultados cambiar de una manera tan flagrante?", se pregunta Sala i Martín en un artículo publicado en su página de 'Facebook'.
El ex directivo considera que lo que ha hecho la nueva junta con los números es como si se hubiera apropiado de la última Liga por el hecho de que el trofeo lo entregarán en agosto. A su juicio, la directiva de Sandro Rosell "se apropia de los éxitos económicos de la anterior junta directiva a base de decir que algunos de los ingresos que obtuvimos nosotros, en realidad, se les ha de contar a ellos, y algunos de sus gastos nos los asignan a nosotros".
En este sentido, Sala i Martín cree que la nueva junta se apropia de hechos como la venta de terrenos, cuyos contratos ya se habían cerrado durante la era Laporta, por el hecho de que su registro en el Ayuntamiento se llevará a cabo ahora. O también el contrato firmado con Mediapro "como premio por las audiencias obtenidas durante estos dos últimos años de éxitos deportivos", como si no fuera "un premio que se pueda asignar a Laporta, sino el pago de unos servicios que se producirán durante la etapa de Rosell y, por tanto, Rosell decide apropiárselos".
"Es decir, a base de cambiar la fecha en que han sucedido diversas transacciones, muchos de los ingresos de la era Laporta pasan, por arte de magia contable, a ser ingresos de la era Rosell, y muchos de los gastos de la era Rosell se asignan a Laporta".
Cuatro reflexiones
Sala Martín hace cuatro reflexiones a raíz de esta circunstancia. La primera es que Faus "falta a la verdad" al decir que los auditores "reformulan" las cuentas de la anterior junta.
La segunda es que presentando estas cuentas se ha dado una mala imagen internacional del club, causando la impresión de que la situación económica "es caótica", cuando a su entender no lo es.
La tercera es que los cambios son tan sólo por la fecha en que se plantean los ingresos y los gastos. En su opinión, esto demuestra que Faus y Rosell no cuestionan la anterior gestión.
Y la cuarta es que, presentando una deuda de 77 millones, la nueva junta consigue dos cosas: una, aparecer como "salvadores" en los siguientes ejercicios; y otra, ahorrarse dinero en los avales si en el futuro presentan beneficios.
Por último, Sala y Martín le plantea una pregunta a la directiva de Rosell: "¿Vale la pena ensuciar la imagen nacional e internacional del Barça simplemente para obtener unos beneficios personales?".