Sami Khedira no se despega de su teléfono móvil. Espera, como dicen muchos anuncios de televisión, la llamada de su vida. En los próximos días recibirá la confirmación oficial de lo que parece un secreto a voces. El futbolista ya tiene un acuerdo con el Real Madrid y ahora sólo falta que el Stuttgart y el club blanco se pongan de acuerdo en la cantidad por el traspaso. La entidad alemana pide 14 millones de euros, pero Florentino no pasará de los 10 millones.
Tal y como adelantó AS el pasado miércoles, el representante del futbolista, Jörg Neubauer, y el Real Madrid tienen cerrado el acuerdo. Khedira ya ha elegido su futuro (teñido de blanco) y por eso accede a un encuentro con el diario AS. De padre tunecino y madre alemana, el jugador de 23 años nos atiende con una exquisita educación y una jovialidad que sorprende, teniendo en cuenta que en las próximas horas fichará por el club más grande del mundo. Sabe que unas palabras suyas en estos instantes pueden complicar las últimas negociaciones. Por eso, Sami prefiere hablar de su futuro en los próximos días y se remite a lo desvelado ayer por Bild.
Fredi Bobic, director deportivo del Stuttgart, comentó en el periódico alemán: "Sí, Khedira nos ha comunicado que quiere irse al Real Madrid".
Su actual equipo jugaba horas más tarde la ida de la previa de la Europa League en Noruega ante el Molde. Sus compañeros merecían un respeto y quería que la noticia de hoy en su país fuera la victoria del Stuttgart por 2-3 y no unas declaraciones suyas diciendo que su sueño es jugar en el Real Madrid. Es un hombre protocolario y cumple con las formas. Cultura alemana.
El futbolista regresó de sus vacaciones en Túnez el pasado miércoles y se encuentra en Stuttgart con sus amigos esperando a que se resuelva su futuro. El jugador informa puntualmente a su familia sobre todos los movimientos. Sus padres no volverán a Alemania hasta finales de agosto, cuando pongan fin a sus vacaciones de verano.
Khedira se está cuidando durante estos días. Sale todos los días a correr y hace un poco de gimnasio. Sabe que a Mourinho le gustan los tipos altos (1,89m.) y fuertes para el centro del campo. Y cada dos días realiza una sesión de piscina. En el Real Madrid gusta su perfil porque es uno de esos futbolistas que se cuidan. El multiusos del Stuttgart habló personalmente hace 14 días con Mourinho en el Hotel Mirasierra Suites y le convenció la fe que el técnico portugués tiene en él.
Condiciones.
El fichaje se está convirtiendo en un culebrón porque, presuntamente, el futbolista tenía un preacuerdo con el Bayern de Múnich para junio de 2011, cuando Khedira acaba contrato. El internacional alemán cedió a parte de sus pretensiones económicas para hacer realidad su sueño de jugar en el Real Madrid y en España. Un país, por cierto, en el que aún no ha estado.
En Stuttgart, mientras, nadie piensa que vaya a incorporarse a los entrenamientos el próximo lunes. En principio, el club alemán puso esa fecha de vuelta tras su participación en el Mundial de Sudáfrica con la selección de Alemania.
Bobic, que llegó al cargo esta misma semana, trabaja ahora con la vista puesta en el recambio de Khedira. El Stuttgart es un club canterano y el director deportivo confía en la cantera Die Schwaben. Bobic prefiere coger el toro por los cuernos y no lamentar su marcha. El dinero de su traspaso servirá para fichar a Degen (Liverpool), Ibrahima Traore (FC Augsburg) y Ayew (Marsella). La afición del Stuttgart, por su parte, llora la marcha del jugador. Según una encuesta del Suttgarter Nachrichten, un 65% no quiere que se vaya del club. Al único Khedira que verán la temporada que viene será a su hermano pequeño, que juega en las categorías inferiores del Stuttgart...