Cesc no aguanta más

L a voluntad de Cesc Fàbregas de fichar por el FC Barcelona tendrá este viernes otra prueba demoledora con la reunión que tiene previsto mantener con Arsène Wenger en las oficinas del Arsenal. El jugador se siente decepcionado con su entrenador por no haber cumplido con la palabra que le dio en el anterior encuentro que mantuvieron justo antes de que el futbolista se incorporara el 24 de mayo a la concentración de la selección española para preparar el Mundial y está ansioso por mantener un nuevo cara a cara para definir conceptos.

Ante la petición explícita que Cesc manifestó para cumplir su sueño de jugar en el Barça de Guardiola, Wenger le respondió que preparara la Copa del Mundo con tranquilidad y dejara el futuro en sus manos. El jugador confió en la palabra del francés y se marchó a Sudáfrica convencido de que volvería vestido de blaugrana. Sin embargo, con el paso del tiempo ha comprobado como Wenger ni tan siquiera está dispuesto a recibir a los dirigentes del Barça y que no quiere ni oír a hablar de un traspaso del capitán.

El cambio de junta y la llegada de Sandro Rosell a la presidencia no ha servido para alterar la postura del Arsenal. El nuevo mandatario apostó por una negociación mucho más discreta, alejada de los focos de los medios de comunicación, pero los ‘gunners’ no dan su brazo a torcer, tal y como ayer mismo confirmó el portavoz de la directiva, Toni Freixa, quien afirmó que “el Arsenal no quiere negociar, no es una cuestión de voluntad del Barça”.

Por tanto, el club blaugrana se ha dado cuenta de que no tiene la llave de la negociación y que debe ser Cesc quien dé el enésimo paso al frente. Y el jugador lo volverá a hacer. Fàbregas viajó ayer a la isla griega de Mykonos para continuar con sus vacaciones después de haber pasado la primera parte en Ibiza. El jugador estará en Grecia hasta el jueves cuando tiene previsto viajar directamente a Londres y el viernes por la mañana acudirá London Colney –los campos de entrenamiento del Arsenal– para alrededor de las 10.00 h. hacer acto de presencia en la oficina de Wenger.

Será entonces cuando le transmitirá su disgusto y le reiterará que sólo tiene en la cabeza jugar la próxima temporada con la camiseta del Barça. El galo deberá ser más persuasivo que nunca para que el futbolista crea en sus palabras después de que ya le haya fallado en una ocasión y Cesc intentará arrancarle un compromiso que sea definitivo. A día de hoy parece incomprensible que Wenger intente retener a un jugador contra su voluntad y menos a uno de los pupilos por los que había mostrado un mayor aprecio.

Fàbregas jugará una de sus últimas cartas y aún confía en que el manager del Arsenal entienda que su situación no es la misma que la de otros futbolistas que piden un cambio de aires por dinero o por tener un estatus más alto en el club. Su deseo se mueve, sobre todo, desde el lado emocional: quiere jugar en el Barça, donde se encuentran sus amigos y donde ahora tendría la oportunidad de triunfar en el club que no le ofrecía las mismas garantías a los 16 años cuando decidió cambiar de aires.

Cesc cargará las baterías durante cuatro días en Grecia porque es consciente de que la negociación con Wenger no será sencilla. Las sensaciones que le llegan a través de otros representantes del Arsenal no son optimistas y teme que Arsène le proponga quedarse un año más para dejarle marchar al término de la siguiente temporada. El entrenador, con su voz profunda y tono paternal, buscará tocarle la fibra sensible animándole a continuar para poner fin a su carrera en el Emirates con un gran título ya que hasta la fecha únicamente ha levantado una FA Cup.

Este argumento, sin embargo, ya no tendrá suficiente peso para el d’Arenys. El jugador está viendo como la composición de la plantilla no variará sustancialmente respecto a la de la temporada anterior cuando se quedó muy lejos de luchar por alguna de las grandes competiciones. Cesc no está detectando que el Arsenal tenga una gran ambición por dar un giro radical a la historia de los últimos años y que además de tener una lucha desigual con conjuntos como el Chelsea o el Manchester United, el Manchester City está fichando mejor y el único objetivo podría ser luchar por entrar en la Champions League en una confrontación directa con equipos como el Tottenham o el Liverpool.

En cambio, en el Barça aspiraría a todos los títulos y crecería al lado de jugadores como Iniesta o Xavi con los que ha demostrado formar una gran conexión en la selección campeona del Mundo.

Si Cesc no consigue el acuerdo, el 5 de agosto debe incorporarse de nuevo a los entrenamientos del Arsenal. Otro escenario es que Wenger pueda dar el visto bueno, pero que las negociaciones entre los clubs por el precio del traspaso se alarguen y el futbolista inicie los entrenamientos con el conjunto londinense a la espera de cerrar los flecos